Ética Tortillera – Vir Cano

En este texto Virginia Cano pretende pensar las formas en las que se articula su existencia lesbiana con su vida académica, militante, activista. Se preguntará cuál es la relación entre nuestras prácticas sexoafectivas, políticas, de nuestras formas de habitar este mundo, con nuestros trabajos y espacios de debate. ¿Es importante la existencia de teorías que nos permitan pensar(nos) como comunidad situada en un contexto geopolítico? Si asumimos que sí, ¿cómo debería ser dicha existencia? ¿Cómo dar cuenta de las subjetividades que componen al colectivo sin caer en generalizaciones vacías y totalizadoras? La potencia de estos escritos se encuentra en que plantean la necesidad de teorizarnos desde una perspectiva local, que dé cuenta de los saberes (y de las fugas de dichos saberes) que se discuten y cuestionan en el circuito académico argentino. La teoría de Cano no intenta armar un corpus de definiciones estancas sobre el “ser-torta”, sino más bien indagar acerca de los placeres y sentires de dicha comunidad, arremetiendo contra lo estipulado por la academia, es decir, contra quienes sostienen que “lo personal no se puede teorizar (…)” . En esa puja con el discurso academicista es que Cano insiste en que es necesario nombrarse lesbiana ya que esto le permitirá generar nuevos sentidos y debates cuya finalidad será cuestionar a la matriz heterocispatriarcal, a la hegemonía viril, blanca, heterosexual. Esta posición será, inherentemente, militante, ya que vendrá aparejada de una práctica y de la (re)producción de una teoría disidente. En este sentido, y siguiendo los postulados de Judith Butler, es que Cano decide tomar el riesgo de asumir una identidad determinada, teniendo en cuenta que el hecho de hacerse parte de una comunidad la compromete a cruzar el ámbito de lo privado con lo público y a pensar la lengua de su discurso contrahegemónico.